Gran Alacant, 2025
Lo que debĆa ser una noche tranquila de verano en Gran Alacant terminó convertido en un episodio de terror acĆŗstico digno de pelĆcula⦠pero sin final feliz. Porque lo que vivieron los vecinos de urbanizaciones como Olivo de Oro o CarabassĆ el pasado sĆ”bado fue, literalmente, una noche de alarma (en bucle).
SĆ, hablamos de una alarma municipal desatada en pleno descanso veraniego. Concretamente, la del Polideportivo JosĆ© Antonio AlemaƱ Valero, que decidió activarse con entusiasmo minutos despuĆ©s de la medianoche. Y ahĆ se quedó, gritando al vacĆo durante ocho horas mientras cientos de vecinos gritaban, pero de desesperación.
La alarma que no dejó dormir… ni respirar
āĀæUna alarma sonando toda la noche? Ā”Bah! Ā”QuĆ© exagerados!ā, dirĆ”n algunos. Pero los residentes que sufrieron el concierto involuntario lo tienen claro: āEra como tener a Terminator gritando al oĆdo en bucleā. Las ventanas abiertas por el calor no ayudaban, y el sonido cruzaba persianas, muros y paciencia como cuchillo caliente en mantequilla.
La PolicĆa Local acudió tras recibir varias llamadas (al parecer mĆ”s que suficientes para darse cuenta de que algo no iba bien). ĀæY quĆ© hicieron? Pues⦠comprobar que sĆ, efectivamente, la alarma sonaba. Hasta ahĆ, todo bien. El problema: nadie tenĆa ni idea de cómo apagarla.
¿Dónde estÔ el botón? ¿Y el responsable? ¿Y la lógica?
AquĆ es donde entra el esperpento administrativo: no habĆa forma de localizar al funcionario de guardia. Y si lo habĆa, nadie lo encontró. Porque en lugar de un sistema de emergencia, parece que Santa Pola confĆa mĆ”s en que ālas cosas se arreglen solas con el paso del tiempoā. Spoiler: no funcionó.
āĀæCómo puede ser que no exista un protocolo? ĀæUn depósito de llaves? ĀæUn nĆŗmero de emergencias para cosas como esta? Lo peor es que ya ni se molestaban en decirnos nadaā, contaba una vecina, con las ojeras puestas desde las 3:00 a.m.
¿Tú también lo sufriste? ¿Te perdiste el sueño pero no el espectÔculo? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios o en nuestras redes sociales. La próxima noche toledana, al menos, que nos pille con tapones y protocolo.
El final feliz llegó… con el reloj de fichar
Y como si se tratara de una comedia involuntaria, el incidente no terminó por una intervención de emergencia ni por la llegada de un tĆ©cnico cualificado. No. La alarma se apagó a las 07:55 de la maƱana, cuando el conserje llegó como cada dĆa a fichar su jornada laboral.
No porque lo llamaran. No porque urgiera. Simplemente porque era su hora. Y al parecer, el único con poderes mÔgicos para detener la pesadilla.
āFue horroroso. Ocho horas sin dormir, con niƱos llorando, perros ladrando y vecinos desquiciados. ĀæAsĆ es cómo se gestiona el descanso ciudadano?ā, se preguntaban muchos residentes al borde de la histeria.
¿Qué piden los vecinos? Algo tan bÔsico como sentido común
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Un sistema de emergencia real para instalaciones pĆŗblicas
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Acceso controlado por parte de la PolicĆa Local
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Un protocolo claro ante este tipo de situaciones
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Y, por supuesto, que el Ayuntamiento no se entere del problema cuando ya ha amanecidoĀ Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā Ā
Conclusión: la alarma no era lo único que estaba desajustada
Este incidente ha despertado algo mÔs que a los vecinos: ha reactivado el debate sobre la gestión de espacios públicos y sistemas de respuesta ciudadana. Porque no se trata solo de una noche de ruido, sino de una sensación de abandono administrativo que resuena mucho mÔs fuerte que cualquier bocina.
Santa Pola necesita descanso, pero tambiƩn necesita que la burocracia no ronque mƔs fuerte que sus vecinos.